Se necesitan aproximadamente 52 millones de galones de agua para operar cada barco que pasa.
Situada en el extremo sur del istmo que conecta América del Norte y América del Sur, Panamá desempeña bien su papel de «término medio»: hogar de muchas especies que provienen de cada uno de sus dos vecinos continentales más grandes, así como muchas especies que no se encuentran en ningún otro lugar de el mundo – Panamá disfruta de la vida silvestre más diversa de todos los países centroamericanos. Aunque es un poco más pequeña que Carolina del Sur, Panamá tiene la selva tropical más grande del hemisferio occidental fuera de la cuenca del Amazonas. Casi 500 ríos atraviesan el accidentado paisaje del país, incluido el Chagres, una de las vías fluviales más anchas de Panamá y la fuente de una enorme energía hidroeléctrica. La deforestación es una amenaza continua en el país, donde la cobertura arbórea se ha reducido en más del 50 por ciento desde la década de 1940.
Panamá es el corazón empresarial de América Latina gracias al uso del idioma español (el segundo idioma más hablado del mundo), leyes estables, sistema político e infraestructuras súper modernas. Además, la estabilidad política actual y las grandes leyes demostraron su capacidad para combatir con éxito la pandemia del corona virus. En Panamá, el dólar estadounidense es la moneda principal, aunque el balboa es la moneda histórica nacional y todavía se usa como monedas. Sistemas bancarios sofisticados y avanzados, las mejores zonas francas junto al Canal de Panamá y un alto nivel de seguridad permiten sólidas oportunidades financieras. Las ONG y las organizaciones religiosas tienen preferencia para operar desde Panamá en todo el mundo. Además, los panameños son conocidos por ser personas cálidas, acogedoras y muy cosmopolitas que nunca juzgan a las personas por raza o religión y de esta manera hacen más placentero cualquier trabajo y actividad en Panamá.